Tu hijo no está roto. Solo necesita ser comprendido

Ojalá alguien me lo hubiera dicho antes. Ojalá alguien me hubiera mirado a los ojos y me hubiera dicho: «Tu hij@ no está rot@. No necesita ser arreglad@. Necesita ser comprendid@.»

Cuando empecé este camino, no entendía nada. Tenía dudas, miedo y una sensación constante de estar haciéndolo mal. Los diagnósticos tardaban en llegar o eran confusos. Los profesionales me daban respuestas a medias. Y muchas veces me sentía sola. Muy sola.

La palabra neurodivergente sonaba lejana, técnica, como algo que solo entendían los especialistas. Pero lo cierto es que a mí no me servían las definiciones. Lo que necesitaba era saber cómo ayudar a mis hijas. Cómo entenderlas. Cómo conectar con ellas sin perderme en la frustración o en la culpa.

Y eso fue lo que empecé a hacer: observar, probar, equivocarme, aprender. Cambiar lo que no funcionaba. Escuchar más. Bajar mis expectativas y soltar la idea de que todo tenía que seguir el ritmo “normal”.

No soy psicóloga. Soy madre. Todo lo que comparto aquí viene de mi experiencia. De las veces que lloré a escondidas, de los días en que sentí que no podía más… y también de los momentos de luz, de conexión, de avances que nadie más veía pero que para nosotras eran enormes.

Cada hij@ es un mundo. No hay un manual. Pero sí creo que podemos ayudarnos entre nosotras. Que compartir lo vivido puede ser alivio, puede ser compañía, puede darte una idea que te cambie el día.

Este blog no tiene la intención de darte soluciones perfectas. Pero sí de recordarte que no estás sol@. Que si tu hij@ reacciona distinto, siente distinto o se expresa de una forma que los demás no entienden, eso no es un fallo. Es simplemente otra forma de estar en el mundo.

Y tú, como madre o padre, estás haciendo lo mejor que puedes. Eso ya es muchísimo.

Aquí estoy para compartir lo que me sirvió, lo que aprendí a las malas y lo que me ayudó a ver a mis hijas con otros ojos. Si te resuena, este espacio es tuyo también.

Un abrazo,

Montse Roure